Desde su concepción nos imaginamos al hotel Rosebay como un conjunto de espacios aislados que protegieran la privacidad de nuestros huéspedes. Con una arquitectura que recuerda la estructura de los pueblos de las islas Cícladas, en el complejo abundan los rincones recogidos donde relajarse. Repartidos por una extensión de 2.000 m
2, los edificios bajos del Rosebay provocan la sensación agradable y sosegada de un barrio del mar Egeo.